viernes, 9 de julio de 2021

1 MACABEOS. CAPÍTULO XII

 Embajada a Roma

121Viendo Jonatán que el momento era favorable, eligió a algunos para enviarlos a Roma a confirmar y renovar el pacto de amistad con los romanos. 2A Esparta y otros países despachó mensajes en el mismo sentido.

3Los embajadores partieron para Roma, y cuando entraron en el Senado, dijeron:

-El sumo sacerdote, Jonatán, y el pueblo judío nos ha enviado a renovar vuestro antiguo pacto de amistad y de mutua defensa con ellos.

4Los romanos les dieron un salvoconducto con el que pudieran llegar a Judá sanos y salvos.

5Copia de la carta de Jonatán a los espartanos:

6<<El sumo sacerdote, Jonatán, los senadores del pueblo, los sacerdotes y toda la nación judía saludan a sus hermanos de Esparta.

7>>Antaño vuestro rey Areo envió al sumo sacerdote, Onías, una carta reconociendo nuestro parentesco, como consta en la copia adjunta. 8Onías recibió a vuestro mensajero con todos los honores, y recibió la carta, que hablaba de mutua defensa y amistad. 9Y aunque con el estímulo de los libros santos no necesitamos tales alianzas, 10nos hemos aventurado a enviaros una embajada para renovar con vosotros nuestra alianza fraternal, a fin de no mirarnos como extraños, pues ha pasado mucho tiempo desde que nos enviasteis aquel mensaje.

11>>Por lo que a nosotros toca, con ocasión de las festividades y en otros días designados no os olvidamos en nuestros sacrificios y oraciones, pues es justo y debido acordarse de los hermanos.

12>>Nos congratulamos con vuestra fama.

13>>Nosotros nos hemos visto cercados de muchas tribulaciones y muchas guerras; 14los reyes vecinos nos han atacado, pero no hemos querido molestaros a vosotros ni a los demás aliados y amigos nuestros con motivo de esas guerras, 15pues gracias a la ayuda protectora del cielo nos hemos librado de los enemigos, que han sido derrotados.

16>>Así, pues, hemos elegido a Numenio, de Antíoco, y a Antípatro, de Jasón, y los hemos enviado a Roma para renovar el anterior pacto de amistad y mutua defensa. 17Les hemos ordenado presentarse también a vosotros, saludaros y entregaros esta nuestra carta sobre la renovación de nuestra fraternidad. 18Haced el favor de respondernos a esta carta>>.

19Copia de la carta enviada a Onías:

20<<Areo, rey de Esparta, saluda al sumo sacerdote Onías.

21>>En un documento relativo a espartanos y judíos se ha descubierto que son parientes, de la estirpe de Abrahán. 22Ahora que lo sabemos, os pedimos por favor que no escribáis con noticias vuestras. 23Por nuestra parte, os decimos: vuestros ganados y hacienda son nuestros y los  nuestros son vuestros. Por tanto ordenamos que os lo comuniquen en estos términos>>.

24Jonatán se enteró de que los oficiales de Demetrio habían vuelto con un ejército mayor que antes para atacarle. 25Salió de Jerusalén para hacerles frente en la zona de Jamat, sin dejarles poner pie en su territorio. 26Envió espías al campamento enemigo, y al volver le comunicaron que se preparaban para caer de noche sobre los judíos.

27En cuanto se puso el sol, Jonatán ordenó a los suyos estar en vela y con las armas a mano toda la noche, preparados para el combate, y destacó avanzadillas en torno al campamento.

28Cuando los enemigos se enteraron de que Jonatán y los suyos estaban dispuestos al combate se acobardaron, llenos de miedo; encendieron fogatas en el campamento [y se retiraron]. 29Jonatán y los suyos, como veían el resplandor de las hogueras, no se enteraron hasta por la mañana de lo ocurrido. 30Entonces Jonatán los persiguió, pero no pudo alcanzarlos, porque ya habían pasado el río Eléutero. 31Luego se volvió contra los árabes llamados zabadeos; los derrotó y los saqueó. 32Emprendió la marcha hacia Damasco y atravesó toda la región.

33Simón había salido, mientras tanto, y había llegado hasta Ascalón y las plazas fuertes cercanas; se desvió luego hacia Jafa y la conquistó 34(es que se había enterado de que querían entregar la plaza fuerte a los de Demetrio). Dejó allí una guarnición de defensa.

35A su vuelta, Jonatán convocó a los senadores del pueblo y decidió con ellos construir plazas fuertes en Judá, 36dar más altura a las murallas de Jerusalén, construir una gran barrera de separación entre la acrópolis y la ciudad para aislar la acrópolis sin que pudieran comprar ni vender.

Se reunieron para reconstruir la ciudad, porque estaba caída una parte de la muralla oriental, sobre el torrente de levante. Jonatán restauró la muralla de Capenat. 38Simón, por su parte, recontruyó Adida den la Sefela, la fortificó y le puso puertas con cerrojos.

Secuestro de Jonatán

39Trifón había intentado ocupar el trono de Asia, ceñirse la corona y eliminar al rey Antíoco. 40Pero temiendo que Jonatán no le iba a dejar, o que a lo mejor lo atacaba, andaba buscando la manera de prenderlo y deshacerse de él; así, se marchó hasta Beisán. 

41Jonatán salió a hacerle frente con cuarenta mil soldados escogidos, y llegó a Beisán. 42Al ver Trifón que Jonatán había venido con aquel ejército, temió echarle mano; 43es más, lo recibió con todos los honores, lo recomendó a todos sus generales, le hizo regalos  y ordenó a sus generales y soldados que le obedeciesen como a él mismo. 44Y dijo a Jonatán:

-¿Para qué has cansado a toda esta gente, cuando no hay guerra entre nosotros? Licénciales, quédate con una pequeña escolta y ven conmigo a Tolemaida; te la entregaré con las demás plazas fuertes, el resto del ejército y todos los funcionarios; después emprenderé el regreso; para esto he venido.

46Jonatán se fio de él e hizo lo que le dijo: licenció a los soldados, que se fueron a Judá; 47se quedó con unos tres mil hombres: dejó dos mil en Galilea, los otro mil lo acompañaron. 48Y cuando entró en Tolemaida, los habitantes de la villa cerraron las puertas, lo apresaron y acuchillaron a todos los que habían entrado con él.

49Trifón envió tropas de infantería y caballería a Galilea y a la gran llanura de Esdrelón para eliminar a todos los de Jonatán. 50Pero éstos, que ya sabían que Jonatán había caído preso y muerto con los de su escolta, se animaron mutuamente, y avanzaron en escuadrón cerrado, dispuestos a la lucha. 51Sus perseguidores los vieron dispuestos a jugarse la vida y se volvieron. 52Así, los de Jonatán pudieron llegar sanos y salvos a Judá. Lloraron a Jonatán y a los de su escolta, muy alarmados. Todo Israel hizo gran duelo.

53Todos los países vecinos intentaron entonces exterminarlos, pues decían:

-No tienen jefe ni defensor. ¡Vamos a atacarlos y borrar su recuerdo de entre los hombres!

Explicación.

12,1-23 A juzgar por lo que venimos leyendo, el pacto con los romanos (cap. 8) no se había traducido en obras, o el autor se olvidó de consignarlo. El poder remoto de los romanos y sus promesas condicionadas no habían eximido a los judíos de luchar. A lo mejor algunos cambios de la situación se debieron a la vigilancia y la intervención del poder romano. No consta en estas páginas ni en otras fuentes.

Con todo, una alianza poco comprometida con los lejanos romanos podía ser siempre una defensa frente a los cercanos sirios. Especialmente en una época turbulenta de luchas dinásticas y cambios frecuentes de monarcas. Como se trata de simple renovación del tratado, el autor no da el texto ni el resumen.

Más importancia concede a la alianza con los espartanos. Pueblo de tradición militar, más que cultural, viejo enemigo de los atenienses. Jonatán parecía mirarlos como un contrapeso al expansionismo griego de los Seléucidas.

12,3 El encabezamiento indica que ahora el sumo sacerdote es a suprema autoridad del pueblo judío.

12,6-18 Más que un documento diplomático, esta carta parece una profesión de fe en el Señor y una proclamación de los propios méritos. Ambas cosas se pueden poner a cuenta del autor, deseoso de matizar y definir el sentido de la alianza. Los mitentes representan un gobierno sacro, con un sumo sacerdote a la cabeza y un Senado de representantes. Nadie lleva el título de rey.

Estas alianzas eran frecuentemente de "amistad y mutua defensa". Los judíos subrayan lo primero y minimizan lo segundo, como diciendo: "No es que nos haga falta, nos bastamos solos, con la ayuda de Dios..." En cambio, la amistad y hermandad se reafirman sin reservas, incluso apelando a la ficción de un parentesco ancestral. La promesa que convertía a Abrahán en padre de pueblos y reyes podía justificar la inserción de unos jafetitas en el tronco semítico.

12,7 Se refiere probablemente a Areo I (309-265) y a Onías I (323-300), en la época de los Diadocos o de los primeros reyes Seléucidas y Lágidas.

12,9 Los libros sagrados han reemplazado a los profetas. Con su Ley y sus ejemplos históricos, constituyen un estímulo suficiente y eficaz para la continuidad del pueblo. Más que en alianzas externas, el pueblo encuentra su identidad y cohesión en un principio interno, expresado en esas Escrituras. Por las leyes de ese libro han luchado hasta la muerte y han ido triunfando; con las historias de ese libro han mantenido un entusiasmo increíble; con los ejemplos de ese libro han aprendido a orar y confiar. La frase suena como eco triunfal opuesto a la persecución de Antíoco Epífanes, que inició una campaña para destruir todas las copias de esos libros sagrados (1,56-57). Así resulta la presente frase una clave de lectura del presente libro.

Con todo, la identidad sustancial y los libros que la garantizan no impiden las relaciones amistosas y fraternales con otros países. Mientras que los helenófilos sacrificaban parte de esos libros para aliarse con la nueva cultura griega.

Si el autor ha modificado el tenor de la carta, faltando a las reglas de la diplomacia, ha expresado algo cierto: para Jonatán y los suyos contaba más la fidelidad a Dios y a su palabra que las relaciones con otros pueblos.

12,11 "Hermanos" son en la terminología del Deuteronomio todos los israelitas. En tiempos de replegamiento interior es importante esa dilatación del término. No podemos despreciar el dato apelando a las convenciones diplomáticas, ya que el autor no se muestra propenso a respetarlas.

12,13-15 El párrafo resume en clave teológica las campañas de los hermanos hasta aquel momento: eran guerras defensivas.

12,16 El pacto con Roma no habla de fraternidad: son diversas las relaciones con Esparta y con Roma (también era distinto el poderío de ambas).

12,23 La expresión bucólica es en versión pacífica como la respuesta de Josafat a Ocozías en términos militares (1 Re 22,4)l.

12,24-38 La narración empalma con el final del cap. 11 por encima de la inserción sobre la actividad diplomática.

Una de las fórmulas tradicionales señala como fronteras de la tierra prometida "desde el paso de Jamat hasta el Torrente de Egipto", y las versiones del dominio davídico hablan de dominios "hasta el Gran Río" (=Éufrates). Es lo que encontramos en esta perícopa: Jonatán se sitúa en Jamat, como frontera de "su territorio"; Simón hace efectivo el control del litoral. Más aún: Jonatán puede internarse en Fenicia por Occidente y llegar hasta Damasco por Oriente: no como territorio propio y sí como en dominio. Y la capital de esa enorme extensión vuelve a ser Jerusalén, donde los jefes pueden emprender obras de defensa, como en otro tiempo los reyes.

Hay una diferencia capital: que todo ese poder es recibido, delegado. Jonatán es vasallo, mejor, gobernador de un rey extranjero; lo reconoce y lo acepta. Y símbolo de la soberanía extraña sigue siendo la acrópolis de Jerusalén: precisamente, la antigua "Ciudad de David". Para hacer la situación más ambigua reconocen como soberano suyo al hijo de un usurpador y combaten al rey legítimo, a quien ellos acaban de salvar la vida (11,48). En este cuadro ambiguo no hay que olvidar la presencia de otro partido judío, que quiere vivir en paz con los griegos y tener un sumo sacerdote legítimo.

12,31-32 Los zabadeos eran beduínos o seminómadas que habitaban en una zona al sudoeste de Damasco. En Damasco cumple Jonatán un simple viaje de inspección.

12,36 Después de repetidos intentos por conquistar y desalojar la acrópolis griega deciden aplicar el bloqueo comercial; era un método más eficaz y menos comprometido que una acción sangrienta.

12,39-48 No en combate abierto, sino a traición pudo ser vencido Jonatán -parece decimos el autor-; si Trifón quiere hacerse con el Imperio, primero tiene que deshacerse de Jonatán; si Trifón se acerca a los dominios de Judea con sus generales, Jonatán puede ir a su encuentro con un ejército mayor. Sólo con regalos y promesas pudo Trifón ganarse a Jonatán, que se mantenía leal al hijo de Alejandro Balas. No hacía mucho que los judíos habían salvado a Demetrio II en un motín popular; lo mismo podrían hacer ahora con Antíoco VI.

12,45 Tolemaida ocupaba una excelente posición estratégica marina, a occidente de la gran llanura de Esdrelón, es decir, a la altura de Galilea. Por un tiempo pudo ser rival de Antioquía. Como además le ofrecían el mando sobre una parte importante del ejército imperial, Jonatán se dejó encandilar. Probablemente cuando Trifón hizo la oferta contaba con la lealtad de la guarnición de Tolemaida y había dejado instrucciones precisas. Jonatán fue conducido así, amablemente, a la trampa (recuérdese el episodio de David en Queilá, 1 Sm 23). David había consultado el oráculo, Jonatán podía escuchar al menos a los sabios: Eclo 6,7; 7,25; 19,4.

12,52-53 La captura y la presunta muerte del jefe indican el final de un ciclo de liberación y el comienzo de otro ciclo de opresión (como en Jueces). El autor aplica del nuevo el esquema de la hostilidad universal (Sal 83), antes de comenzar el tercer ciclo, bajo el signo de Simón. Véanse: 3,20.35.52.58; 5,10; 6,12; 7,26.

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